(Plural/2005)l Premio Nacional de Poesía "Yolanda Bedregal" (2003). Fue publicado el 24 de enero, justo el día de las Alasitas, en el 2004.
Este poema se deshace
desgaja en los pliegues del silencio
lenta
mente
intentando asirse al verbo
a un adjetivo que no existe.
Este poema se rompe:
Acaba de parir otro poema.
se vacía de la forma
y al fondo está el pronombre.
Mi corazón se muere de la risa
cuando me ve llorar.
Este no es un poema.
Esto no es un poema.
Es un trozo incompleto del abismo,
un simulacro de fuga
pura gimnasia cerebral,
un pálido trozo de papel,
Todos los puntos suspensivos…
Se me acusa de ser una especie débil,
nacida del costado izquierdo,
cavidad viscosa, oscura,
hospicio temporal de vida.
No hay otra como yo
sobre la faz de la tierra,
en simultánea estructura
de enigma hecho corteza y pulpa.
No hay otra como yo que se bifurque,
que se haga Eva,
que transmute en Lilith
bajo la misma lengua.
A veces, en mis sueños,
Morfeo me dice
que soy muchas otras
y que hay hijos míos en la Tierra.
Alguna vez he sentido,
que Teseo pasa las noches
rozando cien mil veces
el etéreo laberinto.
Otras veces me ha parecido
escuchar voces y ruidos,
y que él le ha cortado la cabeza
a mi corazón de Minotauro.
¿Cómo has hecho Teseo
tan hondas galerías en mi cama?
Has entrado por mi boca y has salido
hilando tu soledad por mi vagina.
Los muertos se hallan bien en esta tierra
Paul Valéry
ausentes y con grietas,
debajo de las sombras se esconden como arañas,
hierven oscuridades espesas y rasgadas.
Se afierran entre alambres,
entre bálsamos tramposos
a la tierra que se contrae.
Nosotros podemos nada
Decir nada
Tocar nada
Oír nada Morir nada
Vivir nada
Sólo los entrecerrados y harapientos,
los que se quiebran y agusanan
pueden arder como las velas.
Nosotros sólo estamos compuestos de agujeros:
el tiempo nos escupe.
Esta ciudad
Que he rechazado tantas veces
Vuelve a poseerme.
Humberto Quino
Una muñeca es algo
que puedes vestir, desvestir
y llevarte a la cama para jugar...
Tú no ves, con tus ojitos de botón,
que yo podría volarte la cabeza;
tú no escuchas,
con tus orejas de corcho,
la música que engendra mi saliva.
Tú no sientes,
con tu corazón de hormiga,
que mi corazón,
es de carne molida por tu culpa.
Y cada vez que me golpeas
ni te fijas
que los moretones
pintan un hermoso lienzo
en mi piel blanca
abandonada.
Y yo no entiendo,
como tú
con esos ojitos de botón,
tus orejas de corcho,
el corazón de licuadora
y tu lengua de alfiletero,
puedes tenerme así:
Empolvada y rota,
hecha jirones debajo de la cama,
con las piernas abiertas
y el vestido levantado,
la piel de porcelana y los labios de papel,
toda enamorada
chorreándome
las ganas en las bragas.
Y yo no entiendo por qué admito
que me tengas así,
si yo podría volarte la cabeza....
Hay que ser glamoroso
pero sin caer en la extravagancia obvia.
Hay que tener un peinado a go-go,
un piercing y un tatoo.
Hay que ser punky,
glam, rocker hippie,
raver y darketo.
Pero ante todo
hay que ser fashion.
Hay que tener un novio que piense
que la palabra “monogamia” es el nombre
de una comida japonesa.
Hay que oír música de elevador o de supermercado,
Pop desechable, enlatado,
easy listening digerido y masticado.
Pero ante todo hay que taparse los oídos.
Hay que ser culto,
Intelectualoide de café,
periódico y cigarro.
Pero ante todo hay que leer a Paolo Coehlo.
Aspirar cada palabra
Hacerde tu boca una batidora
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